Los cinco niveles de la confianza
La confianza consta, a partes iguales, de dos elementos: carácter (que habla de nuestra forma de “ser”) y competencia (que habla de nuestra forma de “hacer”). A partir de ahí se pueden distinguir cinco niveles o contextos en los que construimos confianza:
- Auto-confianza: Es la confianza que uno tiene en sí mismo. Parte de la capacidad de fijar y alcanzar objetivos, cumplir compromisos y demostrar a través del ejemplo. La esencia de este primer nivel de la confianza es la credibilidad.
- Confianza relacional: Hace referencia al establecimiento y desarrollo de vínculos basados en la confianza mediante comportamientos consistentes.
- Confianza organizacional: Es la confianza que los líderes promueven en las organizaciones y equipos. La importancia de este tipo de confianza es fácil de entender, sobre todo si se ha trabajado en compañías donde las personas y los sistemas promueven la desconfianza.
- Confianza de mercado: Se trata de la confianza que genera, en el mercado, la marca de la compañía (o nuestra propia marca personal, si de eso se trata). El principio básico que la sostiene es la reputación.
- Confianza social: Se construye a partir del valor que somos capaces de crear en otros y en la sociedad en su conjunto, nuestro grado de contribución.